Cuando hablamos de parkings, o cajeros de supermercado, o cualquier otro servicio de pago individualizado, irremediablemente se nos viene a la cabeza la imagen de una persona detrás de una ventanilla, con su ordenador, o con su caja registradora, atendiendo a nuestras compras o peticiones.

El avance del tiempo afecta a todos, y en cuanto a la tecnología, este avance se acentúa de manera exponencial a cada año que pasa, o incluso meses podríamos decir.

Las máquinas de cobro automático se imponen día tras día al trabajador convencional.

El uso de máquinas autopago, o “kiosk” (por su nombre en inglés), está cada vez más implantado en cualquier lugar en el que se precise el uso de una máquina de cobro e información. Ya sea en parkings, supermercados, gasolineras o cualquier otro lugar en el que tengamos que pagar de manera automática, las máquinas de cobro automático se imponen día tras día al trabajador convencional.

Este tipo de máquinas normalmente se sirven de un terminal informático, el cual, conectado a la base de datos de la empresa hace las veces de cajero y de registradora.

Para la expedición de nuestro ticket de factura simplificada usan un tipo de rollo de papel térmico de tamaño especial, o rollos de gran formato, que en algunas ocasiones se usan de gramaje superior para aguantar mejor el uso y desgaste. El uso de rollos de gran formato ayuda a que la máquina pueda prestar servicio de manera ininterrumpida por más tiempo, sin necesidad de estar revisándola continuamente.

Otro uso muy común de este tipo de aplicaciones se encuentra en las máquinas dispensadoras de turnos.

Normalmente, o hasta hace bien poco, los “su turno” eran unas cajitas colgadas en la pared, de la cual tirábamos un poco y sacábamos uno (o varios) números para nuestro turno en la cola.

Poco a poco este tipo de dispensadores se están sustituyendo por generadores de turnos automáticos, los cuales, mediante el uso de un rollo de papel térmico (a veces de gramaje superior), otorga el turno adecuado, incluso si hay varias mesas o colas diferenciadas.

Poco a poco la tecnología se va introduciendo en nuestra vida cotidiana y hasta puede que nos sustituyan en algunos campos, pero cuando las máquinas fallan, es un humano el que tiene que sustituirla.